El origen de una invasión mundial de
cotorras fue en Uruguay
02/03/2016.- El territorio nacional ha sido
el mayor exportador de estas aves desde 1980 en adelante, señala un
estudio internacional La vuelta olímpica, el
candombe y el SUN son algunas de las cosas que Uruguay le dio al mundo.
Ahora parece que también es la cuna de una conquista mundial de la
cotorra monje (Myiopsitta monachus).
Este pajarito verde no solo es uno de los que mejor “hablan”, sino que
también es una de las aves más invasivas y molestas. Así lo determinó un
estudio publicado por la revista científica Molecular Ecology, en la que
se informa que las aves que actualmente pueblan en grandes cantidades
Europa y América del Norte se originaron en una franja específica de su
territorio original (que abarca Bolivia, Brasil, Paraguay, Argentina y
Uruguay), que está localizada en territorio uruguayo. El estudio, realizado por
investigadores de instituciones españolas, canadienses, australianas y
estadounidenses, establece que desde este territorio (donde son plaga
nacional) se expandieron hacia el resto del mundo durante las décadas de
1960 y 1970, principalmente como mascotas. Uruguay
exportador
De hecho, se detalla que
“Uruguay ha sido el mayor exportador de cotorras monje del mundo desde
1980 en adelante”. Este dato corrobora la conclusión basada en estudios
genéticos de las poblaciones del hemisferio norte y aquellas nacidas en
tierras charrúas. Liberadas por accidente o a
propósito por sus dueños, conformaron comunidades en el hemisferio
norte. Las más grandes están en Estados como Texas y Florida (en ese
último también se teme que se conviertan en plaga por su riesgo para los
cultivos de cítricos) y en grandes ciudades, como Chicago y Nueva York. Esos animales también son un
riesgo cuando forman sus nidos sobre cables eléctricos, lo que puede
generar cortes de energía. El análisis del camino recorrido
por las bandadas de cotorras invasoras surge con la intención de conocer
más sobre esos pájaros, para tener una mayor chance de éxito en caso de
que se produzca la temida invasión. El estudio establece además que
las poblaciones nativas (que nacieron en el hemisferio norte) tienen una
mayor diversidad genética que aquellas que llegaron a esos lugares como
“invasoras”. Eso representa un cambio con
respecto a lo habitual, ya que una mayor diversidad genética representa
mayores chances de supervivencia, debido a que la mayor variedad de
genes favorece los procesos de selección natural que permiten que una
especie se adapte mejor a un nuevo territorio.
El Observador - 7/05/2015
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