BÚHO FUTBOLERO

Pues bien, en Finlandia no querían ser menos y ha ocurrido algo bastante similar. En este caso, estamos hablando nada menos que de un partido oficial por la fase previa de la Eurocopa, entre Finlandia y Bélgica.

Al promediar el primer tiempo, el árbitro inglés Eric Riley se percató de que sobre el campo había un visitante adicional. No era ninguno de los 22 jugadores, ni los reservas. Tampoco era el cuarto árbitro, o alguno de sus asistentes. Era un gigantesco búho, que para colmo de males parecía bastante enfadado porque el movimiento de los jugadores le estaba molestando.

El pajarraco, feliz de la vida, se había posado sobre una de las porterías, con lo cual Riley decidió suspender el partido de forma momentánea. "Eh, tú. A ver si quitas de allí a ese bicho", dijo el colegiado a Jaaskelainen, el portero finlandés, quien respondió: "¿Pues por qué no lo intentas tú, si tienes narices?".

El caso es que nadie se atrevía a quitar de allí al búho, que se lanzaba a volar, una y otra vez, pero siempre regresaba a la portería. Mientras tanto, los aficionados fineses se partían de la risa en las gradas, aplaudiendo incluso al simpático animal.

Como siempre ocurre en estas historias, al final es el propio 'invasor' el que decide marcharse, porque nadie puede con él. El buho, cansado de tanto jaleo, se marchó del estadio, y todos tan contentos.